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Estrés oxidativo en el envejecimiento (página 2)



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Las especies reactivas del oxigeno o radicales
libres

Los RL han sido un tema estudiado ampliamente desde hace
varios años por químicos, biólogos y
físicos (1, 28, 29). A partir de la década de los
setenta esta temática vinculada a los fenómenos de
la oxidación celular ha interesado a numerosos
profesionales en el campo de las investigaciones médicas y
farmacéuticas (30, 31).

Se consideran RL aquellas moléculas que en su
estructura atómica presentan un electrón
desapareado o impar en el orbital externo teniendo una
configuración espacial que le genera una alta
inestabilidad. Entre las especies más reactivas se
encuentra: el anión superóxido
(O2·-), el peróxido de
hidrógeno (H2O2), el radical
hidroxilo (OH·) y el oxígeno
singlete (1O2). El peróxido de
hidrógeno no es como tal un RL pero por su capacidad de
generar el radical hidroxilo en presencia de metales como el
hierro, se le incorpora como tal (6).

Se consideran EROS todas aquellas sustancias portadoras
de oxígeno capaces de producir oxidaciones
biológicas, dentro de ellas se encuentran los
hidroperóxidos orgánicos, aldehídos, y
ozónidos (1).

Una vez que los RL y las EROS se han formado atacan a
las biomoléculas de las estructuras celulares produciendo
daño que desencadena en numerosas enfermedades. Los RL y
los EROS son conocidos como sustancias "prooxidantes" y su
ocurrencia se ha convertido en un atributo normal de la vida
aeróbica. La existencia y desarrollo de las células
en un ambiente oxigenado no hubiera sido posible sin la presencia
de los sistemas de defensa que incluyen a poderosos componentes
enzimáticos y no enzimáticos. Para mantener la
homeostasis, hay el requerimiento de una continua
regeneración de la capacidad antioxidante, si esta no se
logra, el daño oxidativo se acumula dando como resultados
eventos patofisiológicos (32).

Sistema de defensa antioxidante

Entre los mecanismos de protección antioxidantes
se encuentran en la primera línea de defensa las enzimas
específicas siguientes (33-36).

Superóxido Dismutasa (SOD): Es una enzima
citoplasmática e intramitocondrial que acelera
considerablemente la dismutación del anión
superóxido en peróxido de
hidrógeno.

Catalasa (CAT): Enzima que se encuentra en el citoplasma
y en el interior de los peroxisomas, su función es la de
catalizar la conversión del peróxido de
hidrógeno en agua y en oxígeno
molecular.

Glutation Peroxidasa (GPx): Enzima citosólica que
degrada la mayor parte del peróxido de hidrógeno
transformándolo, en presencia de glutation reducido, en
agua y en glutation oxidado.

Glutation S-Transferasa (GST): Cataliza los
ozónidos y algunos hidroperóxidos
orgánicos.

Si estos sistemas de defensa enzimáticos
están agotados, existe la posibilidad de
acumulación de prooxidantes por lo que el individuo se
puede encontrar en estrés oxidativo, produciéndose
daño en las estructuras celulares, lo que puede
desencadenar numerosas enfermedades.

Por otra parte, hay una segunda línea de defensa
antioxidante que no es más que un sistema de
protección complementario que tiene como función la
captación de radicales libres.

A nivel citosólico, el glutatión
actúa captando los radicales libres y actuando como
cofactor de las enzimas antioxidantes GPx y GST y, el
ácido ascórbico regenera el radical tocoferil en
µ -tocoferol.

Actúa a nivel de membrana el µ -tocoferol que capta los radicales libres
peroxílicos en el mismo lugar de su formación
oponiéndose así eficazmente a la
lipoperoxidación de las membranas celulares.

Cuando se agotan los sistemas fisiológicos
antirradicales (enzimas específicas y captadores de
radicales libres), ya sea por una disminución de la
actividad enzimática (por ejemplo el envejecimiento), o
por una exageración en la producción de radicales
libres (situaciones patológicas diversas,
exposición a radiaciones ionizantes o ultravioleta), se
produce daño en las células que puede llevar a la
muerte de la misma.

La estructura de la piel

El órgano cutáneo denominado piel es la
tela viva donde el tiempo va pintando los variados cuadros del
envejecimiento. Esas modificaciones del aspecto exterior son las
características que han sido utilizadas desde tiempos
remotos como patrón universal para estimar la edad de las
personas.

La piel se halla extendida sobre la superficie de todo
el cuerpo y tiene funciones de intercambiar entre el ambiente
externo e interno, de termorregulación, de sensaciones, de
órgano adecuado a las funciones bioquímicas
más complejas. Está formada por dos estratos: la
epidermis, la más superficial, y la dermis, más
profunda. La dermis es una mezcla de proteínas fibrosas,
agua y gelatina viscosa. En ella están presentes dos tipos
diferentes de fibras: el colágeno y la elastina, a las
cuales se deben las propiedades elásticas y de
sostén de la piel. En la parte superior de la dermis
están contenidos los capilares sanguíneos, los
vasos linfáticos y las terminaciones nerviosas
(37).

Después de los cuarenta años, la piel no
sólo produce menos factores hidratantes, colágeno y
elastina es decir tiende a ser menos lisa y elástica, sino
que también disminuye la producción de melanina lo
que hace que disminuya la posibilidad de protegerse contra las
radiaciones solares, además, disminuye también el
sistema de defensa antioxidante. Especialmente van apareciendo
manchas rojizas o marrón en la cara y en las manos que es
característica del envejecimiento de los tejidos
más sensibles a la peroxidación, dada la riqueza en
ácidos grasos y la intensidad del metabolismo oxidativo
(38). Una forma de combatir el paso del tiempo es aprender a
nutrir la piel desde afuera, con un tipo de vida sana y con el
uso de sustancias cosméticas debidamente elegidas, para
prolongar la frescura y la juventud de la piel.

Con el desarrollo de la ciencia en la industria
cosmetológica, se evitan los diversos productos abrasivos,
del tipo peeling para el cuerpo que prometen dar una piel nueva,
privándolos en cambio de la mejor protección y se
buscan nuevos principios activos de origen natural que penetren
al interior de la dermis y produzcan efecto revitalizante en la
restauración dérmica, lográndose una mejor
defensa de la piel a los agentes agresivos externos.

Uso de las sustancias
ozonizadas

El Ozono es llamado el gas de la vida, debido al papel
que juega la capa de ozono al protegernos de las radiaciones
ultravioletas que emanan del sol. Sin embargo, el ozono ofrece
efectos beneficiosos cuando es administrado correctamente
ofreciendo a los organismos vivos protección contra las
oxidaciones provocadas por radicales libres, factor determinante
en el envejecimiento humano (39, 40).

Desde la década del 50, en Francia se utilizaban
como cosméticos las soluciones ozonizadas directamente
sobre la piel o en baños como estimulantes, purificantes,
descongestionantes, tranquilizantes y regeneradoras del tejido
epidérmico (41).

Al ozonizar aceites vegetales se forman una serie de
metabolitos oxigenados como peróxido de hidrógeno,
aldehídos, hidroperóxidos y ozónidos los
cuales son estables y biológicamente activos (42,43). Se
han realizado innumerables estudios con estas sustancias
ozonizadas las cuales han pasado satisfactoriamente los ensayos
de toxicidad, irritabilidad oftálmica y dérmica,
sensibilización, fototoxicidad, mutagenicidad y
teratogenicidad (44-47).

La capacidad de los metabolitos del ozono de estimular
las enzimas relacionadas con los procesos de
oxidación-reducción es muy importante porque
aumentan la capacidad protectiva de las células contra los
radicales libres. Las enzimas del sistema defensivo básico
como superóxido dismutasa, catalasa, glucosa-6-fosfato
deshidrogenasa, etc., son también consecuentemente
estimuladas. Ellas son las responsables de la
metabolización de aniones superóxido,
peróxido de hidrógeno, peróxidos
lipídicos, etc., así como para la reposición
de equivalentes reducidos como NADPH+ y otros. De este modo, la
capacidad general de las células para defenderse de
radicales libres y oxidantes resulta significativamente
incrementada y por ende su capacidad para lucha contra el
envejecimiento y algunas enfermedades (48,49).

En un ensayo clínico realizado en el Hospital
Docente "Dr. Salvador Allende (Cuba), el cual estaba relacionado
con el área dermatológica, se estudio una crema
cosmética a base de aceite de teobroma ozonizado en la
patogénesis de la involución cutánea, la
cual se comprobó que tenía acción
hidratante, nutritiva y antiarrugas (50-52).

Las membranas celulares de la piel están
constituidas entre otras por estructuras lipídicas. Las
interacciones de los metabolitos de las sustancias ozonizadas con
las membranas celulares estimulan la capacidad defensiva de la
piel, eliminando los efectos de la agresividad del medio ambiente
y mejora notablemente su relajación, flexibilidad,
permeabilidad, suavidad, etc.

CONCLUSIONES

De acuerdo a las investigaciones y al cúmulo de
reportes en los últimos años, se hace evidente el
creciente número de resultados que responsabilizan a los
radicales libres y a los EROS como causa común en las
alteraciones de la piel generadas por agresiones externas como el
sol, medio ambiente, tabaquismo, enfermedades, mala
nutrición, estrés, radiaciones gamma y
otras.

El desarrollo de tratamientos orientados a evitar
alteraciones de tipo oxidativa causantes del envejecimiento, va
tomando cada vez mayor auge por lo que el uso de sustancias
ozonizadas con propiedades de aumentar la protección
enzimática antioxidante, se estudian en investigaciones
pre-clínicas y clínicas, con resultados
alentadores.

Entre nuestros propósitos está transmitir
un mensaje que contribuya a divulgar la utilidad del uso de las
sustancias ozonizadas en la preservación y mejoramiento de
la imagen tanto del hombre y de la mujer en la sociedad. De
ahí que se insista mucho en que debemos alcanzar muchos
años de vida, pero la vejez del hombre deberá ser
en todo caso digna, provechoso, creativo y saludable.

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    Congreso Continental I Congreso Iberoamericano de Productos y
    Medicinas Naturales. Palacio de las Convenciones. Ciudad de La
    Habana, Cuba.

 

 

 

Autor:

Grupo de Aceites Ozonizados

Dra. Maritza F. Díaz
Gómez

.

Departamento de Biomedicina

Dr. Frank Hernández Rosales

.

Centro de Investigaciones del Ozono. Centro Nacional de
Investigaciones Científicas. Avenida 230 y 15, Siboney,
Playa, Ciudad Habana, Cuba. Fax: 537-2712089.

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